Como los arqueros japoneses, disparamos 108 flechas imitando las 108 campanadas que se tañen en los templos budistas la noche de fin de año. Estas flechas se disparan con la intención de liberarnos de las 108 pasiones y deseos mundanos que nos impiden avanzar espiritualmente. Siguiendo la tradición oriental, cada flecha disparada elimina uno de estos deseos mundanos:
Afán de poder
Agresión
Aislamiento
Alcoholismo
Ambición
Apego
Arrogancia
Avaricia
Bajeza
Blasfemia
Burla
Calcular
Capricho
Celos
Censura
Codicia
Confusión
Crítica
Crueldad
Daño
Descaro
Desenfreno
Deseo de fama
Deseo sexual
Desinterés
Desmesura
Desprecio
Discordia
Divergencia
Dogmatismo
Dominio
Dureza de corazón
Egoísmo
Engaño
Enojo
Ensañamiento
Envidia
Estafar
Falsedad
Falta de atención
Falta de comprensión
Falta de fe
Ferocidad
Flojo
Gula
Hipocresía
Hostilidad
Humillación
Ignorancia
Impetuosidad
Impostura
Indiferencia
Inflexibilidad
Ingratitud
Iniquidad
Insaciabilidad
Insatisfacción
Insidia
Intolerancia
Intransigencia
Ira
Irrespeto
Irresponsabilidad
Juego
Lascivia
Locuacidad
Maldecir
Malignidad
Manipulación
Masoquismo
Murmurar
Negatividad
Obsesión
Obstinación
Odio
Opresión
Orgullo
Ostentación
Pesimismo
Poco generoso
Prejuicio
Prepotencia
Presunción
Pretensión
Prodigalidad
Rabia
Rapacidad
Reniego
Reñir
Ridículo
Sabelotodo
Sadismo
Sarcasmo
Seducción
Sigilo
Sinvergüenza
Tacañería
Temperamento violento
Testarudez
Tramposo
Vanidad
Vengativo
Violento
Voluptuosidad